Todo lo que debes saber sobre los nombres para barcos

De la misma manera que nuestros hijos o nuestras mascotas tienen un nombre que nos ayudan a identificarlas, en el caso de las embarcaciones hacemos lo propio. Cuando paseamos por un puerto y admiramos el resto de los barcos, siempre nos fijamos en los nombres. Algunos son bonitos, otros son feos. Algunos son largos, otros son cortos. Algunos te sorprenden, y la mayoría te dejan indiferente. La pregunta que nos formulamos es: ¿realmente son obligatorios los nombres para barcos?

 

seguros náuticos

 

Si nos ajustamos a la ley, veremos que el Real Decreto 1027/1989 dice que en realidad la aprobación de un nombre de una embarcación corresponde a la Dirección General de la Marina Mercante. Cuando realizamos una solicitud de una matrícula para nuestra embarcación debemos proponer tres nombres para el barco, en orden de preferencia. Este organismo se encargará de aprobarlos, y para ello comprobará que  ese nombre no esté asignado ni reservado en ese distrito marítimo, que no tenga más de tres palabras, y que no se usen palabras o caracteres que se presten a confusión. A partir de aquí, conociendo esta situación, tenemos rienda suelta para poner a nuestra embarcación el nombre que queramos.

 

El nombre en las embarcaciones

Los nombres para barcos son necesarios porque nos ayudan a identificar a nuestra embarcación en situaciones de emergencia o peligro. Como sabrás, en náutico usamos radiofrecuencias para comunicarnos con los equipos de salvamento marítimo y con las autoridades portuarias. Cuando nos ponemos en contacto, siempre nos identificamos con el nombre de la embarcación. Por eso es importante que inscribamos nuestra embarcación con su nombre en el Registro Marítimo Español y contemos con toda la documentación vigente y necesaria. Nuestro nombre también será requerido cuando solicitemos el número del MMSI (Maritime Mobile Service Identity).

Así que una de las primeras cosas que deberíamos hacer cuando compramos una embarcación nueva es pensar qué nombre le vamos a poner. Y en el caso de que compremos una embarcación ya usada, debemos pensar en mantener el nombre que ya lleva del anterior dueño, o bien cambiarlo si realmente nos apetece hacerlo así. Hay personas muy experimentadas en el ámbito de la náutica que, por superstición, prefieren dejar el nombre original y no lo cambian. Sin embargo hay otras que aducen razones personales para cambiar el nombre de la embarcación. En todo caso la legislación prevé un posible cambio de nombre en el caso de que el nuevo propietario realmente desee cambiar el nombre de la nave. Cuando se realiza el cambio de titularidad es el momento de cambiar el nombre del barco, para hacerlo constar y saber a todas las autoridades portuarias.

 

El nombre en la popa y tal vez en más lugares

Normalmente, los propietarios de los barcos eligen inscribir el nombre de la embarcación en la popa. La razón es que es la zona más visible. En un puerto, si atracamos de proa, todas las personas que paseen por el pantalán trasero verán nuestro nombre, mientras que si atracamos de popa nuestro nombre estará visible por todas las personas que pasen por nuestro muelle. Puestos a incrementar la visibilidad del nombre de nuestra embarcación, podemos inscribir el nombre del barco en diferentes partes del mismo. Por ejemplo, los flotadores salvavidas pueden llevar inscrito del nombre del barco.

En otras zonas de la embarcación, como por ejemplo la funda de la botavara, también podemos escribir los nombres. Otros navegantes prefieren no poner el nombre de la embarcación más que en un lugar, y se decantan por que los miembros de la tripulación lleven alguna prenda de ropa en conjunto con los demás miembros en la que se haga referencia claramente al nombre de la embarcación.

 

Nombre de mujer como tradición

Lo que sí es una tradición es que muchos propietarios pongan a sus embarcaciones nombre de mujer. Tradicionalmente el mar ha sido un lugar para hombres, cosa que ya está cambiando con la evolución de los tiempos. Muchos propietarios de embarcaciones ponían nombre de mujer en homenaje a su esposa o madre, como símbolo de protección. Otra opción muy frecuente es poner nombres relacionados con la mitología griega o romana. También tienen mucha aceptación los nombres de embarcaciones que están relacionados con el lugar de origen del propietario, o con la zona geográfica en la que habitualmente el barco tenga previsto estar la mayor parte del tiempo.

Otras personas, que ya han tenido embarcaciones anteriormente, siguen usando el mismo nombre pero con un número detrás, como si fuera una secuela cinematográfica. En todo caso es divertido sentarse alrededor de una mesa y poner encima del mantel varios nombres de embarcación y finalmente, decidirse por uno. Aquí sólo intervienen la originalidad, la simpatía o el sentido práctico de cada uno.

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