Siempre que hablamos del cuidado y del mantenimiento que hemos de dar a una embarcación a vela, ponemos mucha atención al casco, al estado de los aparatos electrónicos, del material de seguridad, a los seguros para barcos, al pago de los impuestos, etc, pero no prestamos demasiado tiempo a repasar el estado de las velas del barco. En este tipo de embarcaciones las velas de barco son fundamentales, ya que básicamente son el medio a través del cual la nave se va a mover. Más allá de que casi todas las embarcaciones a vela cuenten con un motor pequeño para entrar y salir del puerto y hacer las maniobras de atraque, nos moveremos usando las velas. Hay que repasar su estado siempre que podamos, ya que un desperfecto a tiempo es siempre es más económico de reparar que una gran rotura. Estas reparaciones las debe de llevar a cabo un profesional, como es obvio.
En la mayoría de las ocasiones, el estado de las velas de barco se va deteriorando con su uso. A medida que pasa el tiempo los materiales se van desgastando. No sólo el mismo material del que están hechas las velas sino además sus costuras. El desgaste viene motivado por el nivel de actividad de la embarcación, es decir, cuantas veces salimos a navegar, y en qué condiciones de viento lo hacemos. El deterioro de las velas de barco también viene motivado por el cuidado que seamos capaces de darle a las velas. Si somos cuidadosos, doblamos bien las velas, las mantenemos fuera de la intemperie y de los rayos del sol, podremos alargar la vida de nuestras velas de barco.
No navegar a más velocidad de la que las velas pueden aguantar
Cuando vamos a izar la vela, tenemos que prestar atención de que la vela no va a rozar con ningún elemento punzante que pudiera provocar un corte o una raja en la superficie de la vela. Aunque parezca una obviedad, hay muchos navegantes que han sufrido desperfectos o returas en las velas a causa de este motivo. Si salimos a navegar con una vela nueva y las condiciones de viento se salen de lo que es habitual, deberíamos tomar algunas precauciones. Por ejemplo, de entrada no deberíamos llevar la vela al máximo de viento que nos recomiende el fabricante, ya que si la vela es muy nueva las costuras y las fibras tal vez aún no se hayan adaptado todavía. Tenemos que consultar las condiciones de viento que el fabricante nos recomiende para el juego de velas que tengamos.
Una buena práctica que los fabricantes de velas de barcos suelen recomendar a los propietarios de yates es que en la medida de lo posible traten de evitar que la vela flamee. Y es que está demostrado que cuando la vela flamea estamos contribuyendo al envejecimiento prematuro de las velas de barco. Es cierto que no podemos evitar que la vela flamee, pero hay que tratar de minimizarlo. Dicen que en cinco minutos de flameo violento las velas se deterioran más que en cinco días de navegación. Esto es aplicable tanto a la vela mayor como al resto de las velas que tengamos en el barco.
Por otro lado, cuando hemos atracado el barco en el puerto tenemos un gran enemigo, que es el sol. Los rayos ultravioletas deterioran los materiales de los que están hechas las velas. Está claro que hay materiales más y menos resistentes, pero en la medida de lo posible tenemos que usar forros para las velas. El Dacron es un material que por lo general resiste bien los rayos del sol, pero no podemos prescindir de los cuidados mínimos para poder alargar su vida útil.
La importancia de doblar bien las velas cuando llegamos a puerto
La humedad del mar hace que sea bastante fácil que en los pliegues de las velas aparezca el moho. Como el material del que están hechas las velas es impermeable, la falta de aireación hace que cuando enrollamos las velas se incremente la posibilidad de que aparezca el moho al cabo del tiempo. Si tenemos moho en las velas la embarcación no navegará más lenta, pero lo que está claro es que las velas presentarán unas manchas feas y sucias.
Cuando lleguemos al puerto y atraquemos el barco en nuestro muelle, es necesario que tengamos el tiempo y la paciencia necesaria para doblar las velas de barco. Para ello es mejor si contamos con la ayuda de un compañero que nos ayude a extender la vela y a hacer los pliegues que sean necesarios. Cada cierto tiempo es conveniente lavar las velas con agua dulce para quitar la sal. Como ves, repasar y revisar las velas resulta fundamental para que puedas disfrutar de una buena navegación y alargar la vida de tu embarcación.