Para todos los amantes del mar, navegar es un verdadero placer sea cual sea la época del año. Hacerlo en invierno también tiene su encanto. En líneas generales, se trata de una navegación más serena, más reflexiva y que permite deleitarse en todo tipo de detalles.
Es cierto que, con la llegada del invierno, son muchos los barcos que se quedan amarrados esperando que lleguen las altas temperaturas. En estos casos, para navegar solo en verano será importante realizar un invernaje apropiado de la embarcación, para conservarla en perfecto estado y evitar sorpresas inesperadas.
Sin embargo, los buenos aficionados no quieren esperar a la llegada de la temporada estiva y navegan durante todo el año.
Tarifas inferiores
En invierno hay importantes descuentos para navegar en barcos de alquiler o clubs de navegación, con una diferencia respecto de las tarifas veraniegas de hasta el 50%. Entre otras opciones, están los bonos de invierno, muy económicos y con los que pueden realizarse 5 o más salidas de forma seguida o alternativa.
Aprovechar los meses invernales con unos precios ajustados es una excelente idea. El náutico es uno de los sectores donde más influye la estacionalidad.
Hotel y barco a la vez
Una opción muy interesante para navegar en invierno que combina disfrutar de una lujosa embarcación, ocio y confort, es alquilar un hotel-barco, y permanecer en el puerto. Es una opción con glamour y romanticismo, en la que no influirá demasiado una mala climatología invernal.
Más barcos disponibles
A causa de una demanda baja, es posible escoger el modelo de embarcación que se desee, desde veleros hasta lanchas motoras para una navegación rápida, etc.
Las condiciones climatológicas
Navegar puede ser una verdadera necesidad para muchos aficionados. Aunque sea invierno, la mayoría de las costas españolas tienen las condiciones meteorológicas adecuadas para salir a navegar.
Más tranquilidad en el mar
Es consecuencia de la baja navegabilidad. Como hay menos barcos navegando, hay mucha más tranquilidad, silencio y serenidad. Por ejemplo, esa cala a la que nos gustaría acercarnos y fondear, pero que en verano es imposible hacerlo porqué está muy recurrida, en temporada invernal podremos disfrutar de ello.
Si lo que nos gusta es navegar durante millas sin ver otra estela que no sea la nuestra, es el momento de hacerlo.
La convivencia en duras condiciones
Navegar en invierno, en condiciones climatológicas duras, genera experiencias inolvidables de convivencia entre la tripulación basadas en una mayor unidad, colaboración, ayuda mutua, etc. Todo ello será recordado con mucho cariño durante las salidas veraniegas.
Con este tipo de experiencias iremos consiguiendo formar una tripulación que rendirá al máximo y que encontrará la manera de complementarse. La clave es conocerse cada vez mejor y para ello, lo idóneo es ir acumulando millas. Todo esto siendo totalmente consciente del parte meteorológico y evitando los días de vientos elevados o temporales marítimos. La seguridad es lo más importante en la navegación por ello consigue un seguro de barco adecuado a los fenómenos meteorológicos.
Una larga experiencia náutica
Para ampliar conocimientos en todo tipo de situaciones y condiciones de navegación, una mayor destreza y saber cómo preparar una larga travesía, hay que navegar con frecuencia. Hacerlo con mejor y peor tiempo, probar la nueva equipación de electricidad, conseguir una mayor seguridad en la embarcación a pesar de la mala climatología, etc. te curtirán como a un experto en la materia. 😉 Navegar en invierno. Es una manera de prepararse para largas travesías o para preparar esa larga singladura que hemos soñado hacer durante mucho tiempo, como cruzar el Atlántico o incluso dar la vuelta al mundo navegando.
Evitar el deterioro de la embarcación
Navegando en invierno conseguiremos tener la embarcación en las mejores condiciones para el verano. Aunque se piense que la mejor época para disfrutar del mar es la veraniega, es importante tener el barco en un estado apropiado para cuando llegue el buen tiempo y las altas temperaturas, una forma de hacerlo es no dejar de navegar en invierno y revisar que todo funciona como es debido.
Navegando en invierno conseguiremos evitar que la embarcación se deteriore en exceso y además, mejorar el rendimiento. Cualquier tarea de mantenimiento podrá hacerse sin sacrificar días en verano y a un menor precio, pues las tarifas y la disponibilidad de los especialistas en reparaciones pueden ser bastante inferiores en invierno.
La ropa para navegar en invierno
En lo referente a los distintos tejidos de las prendas que podemos utilizar en invierno, hay que saber lo siguiente:
- Los tejidos naturales, como es el caso del algodón y la lana absorben mucho mejor la transpiración y las prendas se humedecen por el sudor y se quedan pegadas a la piel, lo que va a provocar que el navegante se quede frío.
- Determinados tejidos sintéticos ayudan a mantener la temperatura de forma más eficiente. Es el caso del polipropileno.
- Con respecto a lycra, no es el mejor material para las bajas temperaturas. Es mucho mejor sustituir la lycra por prendas térmicas, que tienen la apariencia externa de la lycra, pero con un interior parecido al de la lana.
- La cabeza es una de las partes de nuestro cuerpo más sensible al frío. Por ello es muy importante ponerse un gorro.
- Las prendas que el navegante lleve tienen que ajustarse bien. Por ejemplo, en los barcos de vela es importante llevar prendas elásticas, que permitirán moverse con soltura, y quedarán ceñidas.
- Algunos navegantes experimentados aseguran que teniendo las manos con guantes, los pies y la cabeza calientes, el resto del cuerpo estará bien.