Los marineros primerizos siempre pasan por una experiencia desagradable al principio, pero que luego recuerdan hasta con ilusión. Se trata de los primeros mareos, que normalmente suceden en alta mar, cuando las condiciones climáticas no son benignas. Luego, con el tiempo y la experiencia, al haber salido a navegar más veces, el cuerpo se acaba acostumbrando y los mareos acaban formando parte del pasado.
Marearse en alta mar es algo habitual para las personas que tienen sus primeras experiencias en el mar. Si preguntamos a los doctores, nos explicarán que los mareos se ocasionan cuando hay un exceso de estimulación de los canales semicirculares, unos órganos pequeños que están en el oído interno, que perciben los cambios de posición de la cabeza para poder mantener el sentido del equilibrio.
Cuando subimos a un barco y en alta mar nos encontramos con el mar revuelto, no estamos acostumbrados a esos movimientos bruscos motivados por el vaivén de las olas. En nuestro cuerpo sucede una especie de conflicto a causa de las informaciones que reciben los distintos sentidos. La vista dice una cosa y el equilibrio interpreta otras.
Acostumbrarte al vaivén de las olas para no marearse
Como resultado, el sistema nervioso central se altera y activa las náuseas. Ya en función de la intensidad del mareo podemos distinguir en varias categorías: el más suave sería el mareo propiamente dicho. En mayor intensidad encontraríamos la lipotimia, después el desequilibrio y finalmente el vértigo.
Al final, en alta mar, el cuerpo se acostumbra al movimiento, y al final, puede pasar lo contrario: que tras una larga travesía al llegar a tierra nos mareemos porque nuestro cuerpo no está acostumbrado a la ausencia de movimiento. Lo normal es que este estado transitorio de mareo desaparezca al cabo de 48 horas.
En el caso de que creas que tu mareo cuando sales a navegar a alta mar es demasiado frecuente, debes visitar a tu médico para que te ofrezca algún tipo de tratamiento. No obstante, en el tema de los mareos la sugestión es muy importante, por lo que en muchas ocasiones es más una cuestión psicológica que otra cosa. Los seguros para barcos cubren algunos daños físicos que puedas sufrir en la embarcación, por lo que tal vez la visita médica pueda estar incluida en la póliza.
Para evitar el mareo se recomienda no leer ni jugar a cartas durante el viaje, protegerse del frío, no fumar, no tener el estómago muy lleno ni muy vacío, no tomar café con leche, evitar alimentos muy calóricos, etc. En todo caso, lo recomendable es acostumbrarse a salir a navegar. Con la experiencia el cuerpo se acostumbra al movimiento de las olas, y los mareos desaparecen.