El rayo verde (o destello verde) es un fenómeno atmosférico que fue popularizado por Julio Verne en la novela homónima, aunque hemos de afirmar que su existencia es real, a pesar de que se manifieste con poca frecuencia. Este fenómeno óptico sucede durante un corto intervalo de tiempo después del atardecer, así como pocos instantes antes del amanecer, momento en el que, durante uno o dos segundos, se puede apreciar una franja verde en la parte superior de la esfera solar.
Los destellos verdes son un conjunto de fenómenos que se originan por diferentes motivos. Por lo general, pueden ser vistos cuando el horizonte está despejado y sin obstáculos como, por ejemplo, en el mar. Aunque se pueden ver también desde otras altitudes, como sobre nubes y sobre montañas.
¿Como se produce el misterioso rayo verde?
El rayo verde se genera como consecuencia de algunos fenómenos físicos que se manifiestan conjuntamente. Entre estos fenómenos, el que más incide en el origen del citado destello es la refracción de la luz al atravesar la atmósfera. Pero veamos algunos antecedentes históricos para comprender mejor este hecho.
En la segunda mitad del siglo XVII, Isaac Newton situó un prisma de cristal intercediendo la dirección de un rayo de luz del sol. Una vez que el rayo atravesaba el prisma, se convertía en un destello más amplio, y en el interior del prisma se podía apreciar claramente los colores básicos por separado: rojo, amarillo, naranja, azul, verde y violeta. Y es que, cada uno de los colores, viaja a velocidades diferentes cuando atraviesa un cristal, provocando que se separen. Este mismo fenómeno sucede cuando llueve y sale el sol; la luz de este atraviesa las gotas de agua, proyectando un arcoíris más o menos nítido en el horizonte.
Del mismo modo, cuando el astro rey se está ocultando, su luz traspasa la distintas capas de la atmósfera, las cuales poseen distintas densidades, al igual que sucede con el prisma de Newton. En este caso, los rayos de descomponen en rojo, amarillo y naranja, originando el clásico color de las puestas de sol. No obstante, por encima de estas tonalidades están el verde y el azul. Justo en el momento en el que el sol se oculta completamente, los colores cálidos colisionan con la tierra, aunque el verde es visible durante un breve instante, provocando ese mágico efecto antes de que la oscilación de las órbitas celestes lo impida. Asimismo, en condiciones todavía más extraordinarias, es posible apreciar un rayo azul, o bien, una hermosa tonalidad violeta.
¿Cómo apreciar el destello verde?
Para todos aquellos que deseen contemplar el denominado rayo verde, han de buscar un horizonte sin obstáculos y con gran visibilidad, como una llanura, el mar o el desierto, esperando un día luminoso y claro, preferiblemente en otoño o en invierno, cuando el sol no esté demasiado enrojecido durante su caída en el horizonte. Con estas circunstancias y con un poco de fortuna, los observadores podrán ver una pequeña franja verde durante unos instantes, es decir, justo en el momento en el que el sol desaparece en su totalidad.
La duración varía en función de la rapidez con la que el sol se pone, la cual está relacionada con el ángulo del ecuador celeste respecto al horizonte. De hecho, se oculta verticalmente y de manera más rápida en el Ecuador, donde el destello verde es aún más fugaz; y de modo más lento cerca de los polos, donde la puesta de sol puede durar más de una hora, y el rayo verde, por consiguiente, puede ser visto hasta varios minutos. Incluso, se han llegado a contemplar el destello verde durante 35 minutos.
Respecto a la forma en que se puede manifestar el fenómeno del destello verde, la más habitual es ver el borde superior de la esfera solar coloreada de verde al final de la fase crepuscular. La banda verde suele poseer una anchura de unos diez segundos sexagesimales (diez segundos de arco), lo cual está por debajo de la resolución de los ojos humanos, que es de 25 segundos sexagesimales aproximadamente. Sin embargo, la refracción de la luz ensancha la franja hasta algunos minutos sexagesimales.
Asimismo, también puede suceder que observemos una franja aplanada y verdosa que parece suspenderse en la nada, incluso cuando el sol ya se ha desvanecido por completo. En tal caso, la refracción es de nuevo la responsable de que el destello verde se pueda contemplar por encima del horizonte.
Otras manifestaciones del rayo verde
El fenómeno del destello verde también puede verse precedido de otras concatenaciones naturales, como la deformación de la esfera solar que, a veces, aparece más aplanada tomando un contorno elíptico, o separado en dos mitades, o aparentando que se derrama en los confines del horizonte como si fuese líquido.
De igual modo, se puede originar el rayo verde al alba, apareciendo el rayo verde momentos antes de que la parte superior del disco solar se asome, aunque, por razones evidentes, en este caso en mucho más complicado de divisar. Además, Los planetas y la luna son capaces de generar sus propios destellos verdes que, aunque más tenues, sutiles e imperceptibles que los del sol, pueden ser capturados fotográficamente.