Después del verano los días se acortan, las temperaturas bajan y, para muchos, llega la hora de despedirse de su embarcación hasta que vuelva la primavera. Y es que, para el navegante poco avezado surcar las olas en invierno puede parecer de todo menos apetecible, ¿verdad?
Pues realmente la navegación durante el invierno en óptimas condiciones climáticas es casi tan tranquila como en verano o incluso más ya que hay menos tráfico marítimo del que preocuparse: menos veleros, menos lanchas, menos motos de agua… y menos bañistas. Lo único que debes hacer para seguir disfrutando de tu barco es estar muy atento a los partes meteorológicos y abrigarte un poquito más que en verano.
Las prendas que no deben falta a bordo en época de frío
Para empezar, necesitarás un calzado antideslizante y, a poder ser, de suela blanca -eso es así tanto en verano como en invierno- que no permitan que cale el agua. Por ejemplo, unas botas de agua o unos escarpines de neopreno. Unos buenos náuticos tampoco serán una mala opción.
La ropa debe protegerte de la sensación térmica, no de la temperatura teórica: por lo tanto, apuesta por vestir varias capas que podamos ir quitando o poniendo. Ten en cuenta que la capa más externa siempre deberá ser impermeable, porque si no te empaparás a la primera de cambio y será muy difícil combatir la sensación de frío en esas circunstancias. Por este motivo, unos pantalones de agua tipo peto serán perfectos si los combinas con una chaqueta típica de navegación.
Procura utilizar camisetas térmicas específicas para navegación, como las que están compuestas por spandex y polipropileno: tienen apariencia de lycra por fuera, pero por dentro tienen un tacto parecido a la lana. Y siempre, siempre evita utilizar camisetas de algodón: absorbe la transpiración y te dejará helado. Lo mismo sucede con la lycra, que expulsa el calor corporal hacia fuera: ¡mejor reservarla para el verano!
Y, cómo no, no olvides gorro, bufanda y guantes: la garganta es muy delicada y las manos, en contacto con cabos y con el viento frío, sufren mucho las inclemencias del tiempo. Por último, te recomendamos unas buenas gafas de sol y protector solar: aunque sea invierno, ¡el reflejo del sol en el agua puede quemarte!
¡Ah, y por supuesto, no salgas a navegar sin haber renovado tu seguro de embarcaciones: que ni los constipados ni los accidentes te amarguen la salida!