Si hacemos una encuesta rápida entre nuestros compañeros aficionados a salir a navegar, seguro que la mayoría de ellos nos responden que o bien se iniciaron a la náutica a través de las embarcaciones neumáticas, o bien tienen un bote inflable en la actualidad que emplean como embarcación auxiliar o de recreo. Las personas que adquieren una embarcación neumática lo hacen por varios motivos. En primer lugar, por su versatilidad, y después, por su bajo coste de adquisición y de mantenimiento, en comparación a otro tipo de embarcaciones.
Tipos de embarcaciones neumáticas
En el mercado encontramos una gran variedad de modelos de embarcaciones neumáticas, desde las más pequeñas, de apenas dos metros de eslora y que funcionan con remos o con motores fuera borda de algo más de dos caballos de potencia, a otras que pueden llegar hasta los ocho metros de eslora y pueden ir equipadas con motores de hasta 300 caballos.
Las primeras, por sus pequeñas dimensiones, son ideales para ser empleadas como embarcación auxiliar en un yate o velero. Nos ayudarán a hacer las funciones de embarcación de salvamento, y también nos resultarán útiles para llegar a tierra o acercarnos a los acantilados cuando hayamos fondeado en una cala o en una playa.
Las segundas, por su tamaño más grande y su mayor potencia, pueden alcanzar altas velocidades, de más de 100 kilómetros por hora. Por ese motivo son utilizadas por la Cruz Roja, por la policía o por los ejércitos como embarcación de auxilio, vigilancia o para realizar algunas maniobras. Algunas empresas de entretenimiento emplean este tipo de embarcaciones para llevar a cabo actividades recreativas como el esquí náutico, por ejemplo.
Entre medio de ambos tamaños y motorizaciones existen un gran número de modelos de embarcaciones neumáticas de dimensiones y potencias medianas, que en realidad son las más vendidas en el mercado, ya que por su versatilidad pueden ser empleadas para casi cualquier cosa. Desde salir a pescar, hasta como embarcación para trasladar a los buceadores desde el club náutico hasta las formaciones rocosas, etc.
Las embarcaciones neumáticas están hechas con materiales como el PVC, el neopreno y el poliuretano. En función del fabricante, del precio y de la tipología de embarcación encontraremos un material u otro. En general se trata de materiales bastante resistentes para la navegación recreativa, que aguantan bien la corrosión y la abrasión motivada por el sol y otras vicisitudes.
Bajo coste y bajo mantenimiento
Los precios oscilan entre los 500 euros y los 10.000 aproximadamente, en función del fabricante y de las características de la embarcación. A grandes rasgos podemos distinguir entre las embarcaciones neumáticas de tablillas, con el suelo hinchable, y las semirígidas. El tipo de lancha que elijamos condicionará su transporte y su almacenamiento.
En las embarcaciones neumáticas semirígidas sólo podemos deshinchar los laterales y tienen que ser transportadas en remolques, o bien tenemos que tenerlas amarradas en algún club náutico o en una boya. Ese es su gran inconveniente, pero su ventaja es su mayor eslora, su mayor velocidad y capacidad de planeo. En condiciones marítimas más adversas, estas embarcaciones ofrecen mucha más seguridad.
Las embarcaciones neumáticas de tablillas o de suelo hinchable, podemos desmontarlas y doblarlas, de manera que incluso nos pueden caber en el maletero del coche. De esta manera podemos llevar nuestra embarcación a casi cualquier lugar, sin necesidad de adquirir remolques ni pagar alquileres en clubes náuticos o garajes.
El motor en las embarcaciones neumáticas
En función del tipo de embarcación neumática que adquiramos, necesitaremos un motor de propulsión tipo jet o bien un motor fueraborda. El motor jet tiene muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. Ocupa menos espacio, no tienes que estar preocupado por la cola de la embarcación, no tiene hélices, acelera más rápido … Pero una embarcación con motor jet se encarece bastante y sus costes de mantenimiento también suelen ser bastante más elevados que en una embarcación neumática con motor fueraborda.
Si tenemos que comprar un motor fueraborda para nuestra embarcación neumática podremos elegir entre modelos de dos tiempos o bien de cuatro tiempos. La ventaja de estos motores es que los podemos extraer y almacenarlos en algún lugar en la época del año o los meses que no vayamos a emplear la embarcación. O bien podemos emplear el mismo motor para diferentes embarcaciones que tengamos. Antes de que inicie la temporada de navegación, podemos hacer una revisión al motor para comprobar que funciona al 100%.
Hay que recordar que si nuestra embarcación neumática, por sus dimensiones, requiere de un motor de una potencia superior a los 27 caballos, resulta obligatorio que empleemos la dirección hidráulica con volante. Este tipo de dirección es mucho más cómoda a la hora de manejar, pero lo cierto es que de alguna manera nos condiciona bastante el transporte de la embarcación en tierra.