Decía Groucho Marx que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna … Al margen de la broma, lo cierto es que las personas que tienen barcos pequeños tienen, a la postre, más ventajas que inconvenientes. Y al revés, tener una embarcación grande supone en ocasiones muchas dificultades logísticas y mucha inversión para su mantenimiento.
La principal ventaja que supone tener un barco pequeño es, obviamente, su menor coste. En el mercado español y en el europeo, las embarcaciones más vendidas no son precisamente las más grandes, sino todo lo contrario. Esto sucede tanto en el mercado de embarcaciones nuevas como en el de segunda mano.
La gran ventaja de los barcos pequeños es que tienen un buen mercado de ocasión. Así lo señalan los datos de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN). En el primer semestre de 2015, el 84% de las embarcaciones usadas que se vendieron en España eran de tamaño pequeño. De las 8.075 embarcaciones que cambiaron de titularidad, 6.790 correspondían a barcos de hasta 8 metros de eslora.
Los barcos pequeños son los más vendidos
La venta de embarcaciones de entre 8 y 12 metros sólo representó el 12% de las ventas, las de barcos entre 12 y 16 metros de eslora un 2%, y los yates de más de 16 metros, sólo un 1%. El mercado de segunda mano en el ámbito de la náutica es muy importante, ya que por cada embarcación nueva se venden 3,88 usadas.
Este fenómeno no sólo es atribuible a España, sino que refleja las pautas de consumo de los aficionados a la náutica en países maduros, como por ejemplo Estados Unidos. En el país norteamericano el 95 por ciento de las embarcaciones de propulsión mecánica tienen menos de ocho metros (26 pies) de eslora, y dos de cada tres barcos que se venden tienen motor fueraborda.
A la hora de comprar un barco, tienes que pensar en la inversión anual que deberás realizar para llevar a cabo un buen mantenimiento de la nave. Esa es una de las grandes ventajas de los barcos pequeños. Por lo general, podemos asegurar que el coste de mantenimiento de una embarcación es directamente proporcional a su tamaño.
Los barcos pequeños son fáciles de mantener
Habitualmente se dice que el coste de mantenimiento de una embarcación suele ser de alrededor del 10% del precio de mercado del barco. Esta cifra es aproximada, ya que depende de cada caso, pero en general podemos darla por válida. El principal motivo de que el coste de mantenimiento de una embarcación pequeña sea menor que el de una embarcación grande es el mismo por el que el mantenimiento de una mansión siempre es mayor que el de un apartamento.
La ventaja de tener un barco pequeño es que gran parte del trabajo de mantenimiento lo puedes hacer tú mismo, con herramientas y materiales que puedes comprar en muchas tiendas de náutica, mientras que en el caso de las embarcaciones grandes, necesitas todo un equipo de trabajo profesional para llevar a cabo cualquier trabajo de mantenimiento.
Las averías y las reparaciones en las embarcaciones pequeñas suelen ser fácilmente subsanables, no sólo en cuestión de tiempo sino también desde el punto de vista económico, mientras que en el caso de las grandes embarcaciones, cualquier reparación en el casco suele implicar una gran movilización de recursos.
El menor coste operativo de los barcos pequeños
Otra gran ventaja de las embarcaciones pequeñas es que las piezas de recambio se pueden encontrar con mayor facilidad. Al formar parte de un segmento mucho más numeroso, existen piezas y componentes standard que son compatibles con muchas embarcaciones, mientras que en el caso de los grandes yates, muchos de ellos han sido fabricados prácticamente a medida, por lo que cualquier intervención que hayamos de realizar en la embarcación significará una larga espera y una gran inversión económica.
Finalmente, otra gran ventaja es que un barco pequeño puede fondear en casi cualquier lugar. En todos los puertos deportivos, el mayor número de amarres está destinado a embarcaciones de eslora pequeña y mediana, mientras que el número de amarres para barcos grandes es muy pequeño. En verano, esos amarres están muy cotizados, por lo que hay que prever con mucha antelación qué ruta vamos a seguir y estar dispuestos a destinar gran parte del presupuesto a este concepto.
La gran ventaja de los barcos pequeños es la libertad que da, ya que no requiere de tripulación externa, y se adapta a casi cualquier situación. Las embarcaciones medianas son aptas tanto para la práctica deportiva como para el paseo o la pesca. Y es que no hace falta ser millonario para disfrutar de la náutica. Por un precio razonable puedes ser propietario de una embarcación de recreo para el uso y el disfrute familiar. Eso sí, siempre con el seguro para barcos correspondiente.