Por qué nos mareamos en un barco

¿Eres de los que no saben lo que es marearse en un barco, o solo con acercarte al pantalán empieza todo a darte vueltas? Bueno, si tu caso es el segundo, no te preocupes. ¡Alguna cosa podemos recomendarte para que tú también puedas disfrutar de unas vacaciones marineras! ¡Piensa que tu seguro de zodiac barato en algunas cosas no puede ayudarte!

Pero ¿sabes por qué se producen los mareos? Se debe al sistema que tiene nuestro cuerpo para mantener el equilibrio. En el oído tenemos un sistema líquido que mide las referencias horizontales y los cambios de movimiento, y envía estos datos al cerebro para que decida qué  hacer para mantenernos en la posición en la que nos encontremos.

Si esto se da cuando vamos en bici, en coche o caminando no hay problema, pero cuando nos encontramos en alta mar es más complicado porque la información que recibe el cerebro desde el oído no coincide con la información visual. Por tanto, si te mareas yendo en barco intentar seguir el movimiento de las olas con los ojos puede ser muy útil para evitarlo. Por este motivo siempre se recomienda no bajar al interior del barco.

Cómo evitar marearse en un barco

Lo primero que tienes que hacer cuando empieces a sentir mareos es tomar un refresco con azúcar y gas.  Tener el estómago lleno también ayuda a disminuir la sensación, y las manzanas verdes son especialmente eficaces para ello. Aun así, procura comer hidratos de carbono  (pasta, pan…) antes de zarpar. Verás cómo notas la diferencia.

Una vez embarcado, procura quedarte por la zona de proa: ver la dirección del barco evita mareaos y la brisa fresca también es muy buena. Por el contrario, quedarse en la popa puede ser fatal porque pierdes el sentido de la orientación. ¡Ah, y evita bajar a los camarotes! Como ya te hemos dicho ¡te marearás más!

Otros trucos interesantes consisten en aplicar un pequeño pedazo de papel o cartón bajo la correa del reloj para que presione la muñeca (esto hará que mejore la circulación sanguínea) y hacer respiraciones: coge grandes bocanadas de aire y expúlsalas lentamente.

Y, cómo no, no te obceques con que te estás mareando: cuanto más lo pienses, peor. Procura distraerte. Al fin y al cabo, en tu mano está poner en práctica todos estos consejos.