¿Navegar a vela o a motor?

Si te gusta el mar y te puedes permitir adquirir una embarcación, seguramente te plantearás el dilema de si adquirir una embarcación a motor o bien una a vela. Es una decisión difícil. Navegar a motor o navegar a vela son dos experiencias diferentes, dos caminos diferentes de relacionarse con el mar y disfrutar de la náutica. En algunas ocasiones la preferencia está clara y estamos seguros de la opción que preferimos, pero en otras realmente es difícil decantarse por una opción o por otra.

La única manera de estar seguro de si prefieres navegar a vela o navegar en una embarcación a motor es, obviamente, probar las dos cosas. En general a todos los amantes de la náutica les gusta tanto una opción como otra. Lo ideal sería tener dos embarcaciones, una a vela y otra a motor, y elegir una u otra en función del tiempo, del clima, de las ganas, de quién nos acompaña, etcétera. Pero la mayoría de nosotros no se puede permitir tener dos embarcaciones para poder elegir. Así que en un momento u otro hay que decidir y optar por una embarcación para navegar a vela o una embarcación para navegar a motor. Para ello hay que conocer las ventajas y los inconvenientes de un tipo de embarcación u otro.

 
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A vela o a motor, el gran dilema

La principal diferencia entre las embarcaciones a vela y los barcos a motor es, obviamente, la propulsión. Si tenemos un barco a motor, desde una simple embarcación fueraborda a un lujoso yate equipado con motores diesel, dependeremos del suministro de combustible. Por tanto, la autonomía de las embarcaciones es limitada, al igual que sucede en un automóvil. Si pensamos en realizar travesías, tendremos que prever que no nos quedemos sin gasolina e incluso seguir algunos consejos para ahorrar combustible.

En una embarcación a vela, no dependemos tanto del suministro de combustible. Los barcos a vela funcionan gracias a la fuerza del viento, una fuente de energía que es gratuita y de la que siempre vamos a disponer. No obstante, los barcos a vela suelen estar equipados de un motor pequeño, del que nos valemos para entrar y salir del puerto, o que empleamos cuando no hay viento suficiente para navegar.

Otro aspecto que debemos valorar es el tiempo. No nos referimos al tiempo climatológico sino al tiempo horario. La navegación a vela requiere de paciencia, ya que en ocasiones no sopla el viento en la intensidad ni en la dirección que desearíamos. Tenemos que adaptarnos entonces a las circunstancias y disfrutar de la navegación. En ocasiones el parte climatológico puede cambiar, y de golpe podemos vernos en medio de una tormenta. Si navegamos a motor, podemos dar la vuelta y regresar rápido al puerto, mientras que si vamos en una embarcación a vela, tendremos que tomárnoslo con más calma. Si tenemos pensado navegar por las noches, tenemos que saber que no está permitida la navegación a vela en la oscuridad. Cuando es de noche tendremos que navegar forzosamente a motor, por lo que tendremos que recoger las velas y encender el motor.

Para navegar a vela se necesita una preparación técnica mucho mayor que en la navegación a motor. Para navegar a vela, si el barco tiene ya una determinada eslora, necesitamos contar con una tripulación, en la que cada uno de los miembros se encargue de determinadas funciones. Sin embargo, en una embarcación a motor, la preparación técnica es menor, y no dependes tanto de una tripulación para poder salir a navegar. En cuanto a los seguros náuticos, son imprescindibles para ambos tipos de embarcaciones.

 

Economía y habitabilidad en la navegación a vela o a motor

Desde el punto de vista económico, tenemos que saber que navegar a vela puede ser más costoso a largo plazo debido al mantenimiento. Los barcos de vela tienen muchos más componentes, que se desgastan con el uso y el deterioro motivado por el sol y la sal. En un barco de vela tenemos que cambiar las velas cada cierto tiempo, así como otras piezas fundamentales. En el caso de las embarcaciones a motor también hay que hacer un gasto en mantenimiento, pero es mucho más sencillo.

Otro aspecto importante es el de la comodidad. Tanto las embarcaciones a vela como las de motor, sobre todo si ya son de una buena eslora, están equipadas con lavabo, mesa, cocina, camas, etcétera. Por lo que la habitabilidad en ambas depende más de los metros de eslora y no del tipo de embarcación, ambas son aptas para vivir o viajar por largos periodos de tiempo. Sin embargo, las embarcaciones a vela suelen tener menos manga que las de motor, lo cual hace que mucha gente piense que son menos cómodas y menos habitables.

No debemos olvidar otra cuestión, que es la posibilidad de remolcar la embarcación. En principio todas las embarcaciones son remolcables. El tipo de remolque depende más de la eslora de la embarcación que de si es a vela o a motor.

Estos son algunos de los puntos a tener en cuenta antes de decidirnos por cualquiera de estos dos tipos de embarcaciones. Debemos meditar qué es lo que buscamos, qué preferencias tenemos al manejar el barco, de qué titulación disponemos o las zonas por las que queremos navegar, a parte de otros aspectos técnicos como el uso de combustible y la economía. En función de nuestras necesidades, uno de los dos tipos de barcos será el ideal.